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Muchos/as usuarios/as lo ignoran. En el caso del mercado libre, son las compañías las que estipulan sus tarifas; en el mercado regulado, por el contrario –denominada factura PVPC–, todas las compañías estructuran de la misma manera las facturas, ya que el gobierno establece los límites. El precio varía en todo momento, según la oferta y la demanda. Si te fijas en el nombre de la compañía, sabrás qué tipo de contrato tienes.
¡Ojo! Muchos tienen nombres parecidos.
Las comercializadoras de mercado regulado existentes en el Estado son:
Es importante conocer los detalles de lo que se paga a cada una de ellas.
Por un lado, la potencia de la tarifa contratada –se paga por cada kW contratado–; y, por otro lado, la cantidad de energía consumida en el periodo de facturación.
Para conocer el importe total de la factura, habría que sumar el Impuesto sobre la Electricidad, el alquiler de contadores y el IVA.
En el mercado libre, según el contrato, podría haber servicios adicionales. Seguros, servicios de reparación, etc. No todas son necesarias, pero estos servicios pueden estar sujetos a descuentos contractuales, así que fíjate en lo que más te conviene.
Existe otro dato llamado CUPS que sirve para identificar la instalación, y se mantiene a pesar de cambiar de empresa comercializadora. Éste último a veces resulta más útil.
El CUPS es el Código Unificado del Punto de Suministro. Consta de 20 a 22 caracteres, inicialmente la letra «ES», luego 16 números y al final otras 2 letras (dígito de control).
Cuanta más potencia contratemos, más pagaremos en la factura. Depende de las dimensiones del domicilio o del negocio, y también del número de aparatos eléctricos que se vayan a utilizar al mismo tiempo.
La mayoría de las viviendas tienen contratada una potencia entre 3.3 kW y 4.6 kW. En el caso de las viviendas que tengan contratada una potencia de hasta 3 kW, se podría solicitar un Bono Social, y las viviendas que tengan contratada una potencia por encima de 10 kW no pueden tener contratada la tarifa PCPV del mercado regulado. Se calcula mediante esta fórmula:
Potencia = potencia contratada expresada en kW * precio por kW * Número de días del período de facturación. Ejemplo: 3,45 kW * 0,1226 €/kW * 62 días = 26,22 €
Las tarifas de acceso dependen del contrato, por lo que el consumo es variable. El precio final depende de dos factores, el precio del kWh y la energía consumida. En el caso del mercado libre, no obstante, El precio normalmente depende de un único factor.
Energía consumida = kWh consumidos * precio del kWh Ejemplo: 289 kWh * 0,1343 €/kWh = 38,81 €
Nos ayudará a elegir una tarifa u otra. Existen tres tipos de tarifas: Normal: se cobra el mismo precio durante las 24 horas del día y los 365 días del año. Es una tarifa adecuada para las personas que hacen un consumo regular a diario. Con discriminación horaria: el precio es más caro en horas punta, y más barato en horario normal. Es una tarifa adecuada para las personas que saben cuándo realizan un mayor consumo de luz. Con tres tramos: incluye tarifas para cada hora y día de la semana, diferenciando las horas punta, las horas normales y las horas de escasa actividad, y estableciendo los precios en orden descendente (de mayor a menor).
No tiene relación alguna con el consumo. Se aplica a la potencia contratada y a la energía consumida. Actualmente es del 5,113 %. Impuesto sobre la Energía = 5,113 % * Potencia* Consumo Ejemplo: 0,05113 * (26,22€ + 38,81€) = 3,32€
Es la administración la que marca su precio máximo. El alquiler de un contador digital ronda los 0,8 €/h. El precio total se calcula multiplicando el número de días del periodo de facturación con el precio del alquiler del contador.
Potencia + Consumo + Impuesto Sobre la Energía + Alquiler de contadores * %10 Ejemplo: (26,22 € + 38,81 € + 3,32 € + 0,80 €) * 0,10= 6,91 €